El fogonero


 

FRANCISCO MOSQUERA

OTROS ESCRITOS I

(1971-1976)



 

16. LA UNIDAD DE ABRE PASO

 

Editorial Tribuna Roja, Nº 21, segunda quincena de marzo de 1976


La aclaración política firmada por el MOIR y el MAC, cuyo texto completo transcribimos en esta página, guarda una inobjetable importancia que se explica por sí misma. En esta forma se arroja luz sobre los hechos y se insiste en una línea unitaria revolucionaria.

Después que el Partido Comunista invadió hasta más no poder el ambiente con sus fumarolas sectarias, tras la maniobra de corto vuelo de convertir a la UNO en su aparato de bolsillo y de enroscar a los demás el pecado de la división, aparece el comunicado del MOIR y el MAC, dos organizaciones que le dieron aliento y vida a la Unión Nacional de Oposición durante el debate electoral de 1974. Probablemente los mandos centrales del Partido Comunista recurrirán al artificio de desconocer a quienes suscriben la aclaración conjunta por parte del Movimiento Amplio Colombiano, montarán otro MAC a la carrera o le expedirán simplemente su carta de defunción. Cierto que esta agrupación aliada, que contribuyó decisivamente a la política unitaria, ha tenido innumerables problemas derivados de las traiciones de tres de sus parlamentarios que resolvieron regresar a la guarida liberal. Sin embargo, los compañeros que rubrican el comunicado en calidad de dirigentes del MAC son quienes integraron hasta hace unos cuantos meses el Comando Nacional de la UNO, encabezaron las listas unitarias en varios departamentos y dos de ellos resultaron elegidos, Gilberto Zapata Isaza para la Cámara de Representantes y Margoth Uribe de Camargo para el Consejo de Bogotá.

En fin de cuentas, ¿con quién se quedó el Partido Comunista haciendo las veces de amos y señores de la UNO? Con Manuel Bayona Carrascal, al que escogieron como cabeza de plancha para Bogotá. Por muchos méritos con que cuente este solidario militante del MAC, el Partido Comunista no lo puede presentar como prueba de su conducta unitaria dentro de la UNO. La verdad de a puño hoy es que de las tres agrupaciones de envergadura nacional que le dieron sustento e impulso a la UNO, dos de éstas, el MOIR y el MAC, se han desentendido de ella, porque, como bien lo dicen, ninguna pretende “emular en la rebatiña de un nombre que perdió su contenido político unitario y solamente puede aportar, en el mejor de los casos, una temporal confusión en las masas de la izquierda revolucionaria”. El Partido Comunista terminó aliado con Manuel Bayona Carrascal, o, lo que es igual, aliado consigo mismo. No nos referimos, desde luego, a determinados grupos de provincia con los cuales sabemos que la dirección de ese partido ha llegado a acuerdos para ir a las elecciones, como también lo venimos haciendo, y con mejor éxito, el MOIR y el MAC.

De este complejo proceso queda una enorme experiencia para la revolución colombiana. No son unitarios, no pueden serlo, quienes pretendan imponerles la férula a los demás, pisoteen los acuerdos, actúen sectariamente y pongan los intereses particulares e individuales por encima de los intereses de la revolución y del pueblo, la línea unitaria revolucionaria sólo puede ser aquella que, partiendo del cumplimiento de los compromisos contraídos, proclame y aplique consecuentemente un programa nacional y democrático, establezca una claras normas democráticas de funcionamiento y de mutuo respeto entre las fuerzas aliadas y destaque la necesidad de combatir toda vacilación y sectarismo. A pesar de lo sinuoso del camino la unidad de las clases y fuerzas revolucionarias se va abriendo paso.

 

ACLARACIÓN POLÍTICA:

COMUNICADO CONJUNTO DEL MOIR Y EL MAC

La importancia revolucionaria del pasado debate electoral no puede medirse únicamente por los votos obtenidos por la Unión Nacional de Oposición (UNO), dadas las circunstancias adversas que existieron al respecto, sino por las amplias masas que la UNO movilizó a todo lo largo y ancho del país en la lucha frontal contra el imperialismo norteamericano y la oligarquía vendepatria que lo acolita. La UNO fue un frente que pugnó por integrar todas las fuerzas y organizaciones políticas que en aquel entonces eran susceptibles de defender un programa revolucionario y aceptar unos compromisos mínimos de unidad y de lucha.

Es evidente que en lo que hace al Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR) y al Movimiento Amplio Colombiano (MAC) ambas agrupaciones se mantuvieron fieles a los pactos y a las normas democráticas de funcionamiento acordadas con el Partido Comunista, como integrantes de la Unión Nacional de Oposición.

El MOIR y el MAC coincidieron siempre en que la UNO podía ser patrimonio exclusivo de ningún grupo o persona. El Partido Comunista rompiendo los acuerdos unitarios formó una nueva UNO con sus militantes, para tener un aparato hegemónicamente suyo. Ante esta situación ni el MAC ni el MOIR pretenden emular en la rebatiña de un nombre que perdió su contenido político unitario y solamente puede aportar, en el mejor de los casos, una temporal confusión en las masas de la izquierda revolucionaria.

Los dos movimientos firmantes de esta aclaración ratifican su coincidencia en la apreciación nítida y cierta de que la unidad revolucionaria del pueblo colombiano, necesaria para derrotar la opresión y explotación imperialistas a las clases dominantes antinacionales, tiene mínimamente que basarse en los siguientes puntos:

1) En un programa nacional y democrático, cuyos postulados esenciales defendimos ya durante el proceso de creación de la UNO y los cuales quedaron interpretados en la plataforma de los 9 puntos.

2) En la lucha por crear un frente basado en normas de funcionamiento democrático, dentro del cual todas las fuerzas políticas que lo integren sean iguales en derechos y deberes, con independencia ideológica y organizativa de cada una de ellas, y con autentico respeto mutuo entre éstas.

3) La dirección de este frente ha de estar conformada democráticamente y todas sus decisiones deberán adoptarse mediante consulta previa y acuerdo entre las partes.

4) La defensa y aplicación del programa unitario a las condiciones del país implican la batalla consecuente y sin concesiones contra el régimen liberal–conservador, que encarna al sistema y cuya cabeza visible es actualmente el gobierno de Alfonso López Michelsen.

El Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario y el Movimiento Amplio Colombiano aunarán esfuerzos en el debate electoral actual y llevarán a cabo una acción parlamentaria coordinada y conforme a las pautas de principio anteriormente enumeradas. Ambas organizaciones reiteran su decisión de trabajar incansablemente para obtener la unidad revolucionaria nacional, sobre el principio inalienable de que la revolución colombiana en su presente etapa sólo puede ser el producto de la lucha de la alianza de todas las clases y fuerzas revolucionarias, organizadas dentro del frente único antiimperialista. Igualmente expresamos nuestra disponibilidad a propiciar el entendimiento con todas las corrientes políticas y personas, sin excepción alguna, que estén dispuestas a combatir por el programa nacional y democrático y a respetar unas normas mínimas democráticas de coordinación y funcionamiento. El frente revolucionario es cada vez más un imperativo de la hora, tanto por la marcha acelerada del régimen hacia posiciones desembozadamente fascistoide, como por la urgencia de encauzar y alentar el auge de la lucha del pueblo.

En las circunstancias del momento, el combate consecuente contra el gobierno lopista de hambre, demagogia y represión es un debe impostergable para todos los revolucionarios. Este gobierno se torna cada día más voraz contra las masas trabajadoras, a la que les niega sus más elementales peticiones, mientras auspicia sin tasa ni medida la elevación sistemática del costo de la vida. A la clase obrera se le recorta progresivamente sus derechos de organización y huelga. A los campesinos se les golpea y persigue ferozmente con el objeto de acallar sus justas demandas de tierra para trabajar. A los estudiantes se les masacra o se les condena en montados consejos verbales de guerra. A las fuerzas políticas distintas al liberalismo y al conservatismo se les da un tratamiento intimidatorio y de desconocimiento de sus derechos democráticos. Y al país entero se le hipoteca a los monopolios extranjeros para que éstos saqueen la riqueza y el trabajo de los colombianos. He ahí le tétrica hazaña del mandato lopista y continuista.

Pero el pueblo colombiano, mediante las más variadas formas de lucha, ha respondido valientemente todas las provocaciones de la minoría explotadora que detenta el Poder. La clase obrera en particular prosigue en su empeño por impulsar la unidad del movimiento sindical que permita a la postre el logro de una central única de trabajadores colombianos. El estado de sitio y demás medidas de excepción no han logrado doblegar el espíritu de lucha y rebeldía de las masas populares. La contienda electoral adelantada por las fuerzas revolucionarias se convierte en una campaña de esclarecimiento y cohesión del pueblo.

Apoyemos el proceso unitario del sindicalismo independiente.

Respaldemos incondicionalmente todas y cada una de las manifestaciones de combate de los oprimidos contra los opresores.

Contra el mandato de hambre, demagogia y represión, ¡a la carga!

 

Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR)

FRANCISCO MOSQUERA

Secretario General

MOVIMIENTO AMPLIO COLOMBIANO (MAC)

GILBERTO ZAPATA ISAZA, MARGOTH URIBE DE CAMARGO, JORGE REGUEROS PERALTA, RAFAEL BONILLA GAMBOA

Bogotá, marzo 18 de 1976

 

 
 
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